
El reloj sigue su paso imparable. Las parejas se apapuchan y
comen rico. Se juran amor eterno entre pasta, arroz, cervezas y dulces. Y así,
entre cariñito y cariñito, los chichos de grasa van aflorando. Jum, es casi
como causa y efecto.
Al final, el amor y las libras se toman de la mano.
Todos lo saben, muchas parejas lo han experimentado. Es más,
cuántos no se han sentido identificados con esta frase: ¡Cómo has cambiado
desde que estás enamorá (o)!
A que muchos, ¿verdad?
La relación entre el amor y la gordura, una fusión que
ocurre en la zona confortable de una pareja, es tan real que se comprobó de
forma empírica.
Se trata de un estudio realizado por la Universidad de
Queensland, en Australia, que concluyó que cuando una persona asume un
compromiso estable de pareja, engorda entre 13 y 15 libras .
Las razones para dicha transformación pueden ser varias,
según expertos consultados por Primera Hora. Pero, en general, el estudio las
resume: continuas salidas a restaurantes, un estilo de vida sedentario, consumo
de más calorías de las necesarias y la famosa zona de confort que alcanzas
cuando te sientes seguro en tu relación. Claro, no podemos obviar que
contribuye el alivio emocional que produce el no tener sobre sí la presión de
conseguir una pareja.
La nutricionista Ada Laureano definió dos componentes que
pueden llevar a una persona a aumentar de peso cuando se siente estable en una
relación de pareja. Una de ellas, dijo, está probada y otra es, hasta cierto
punto, especulativa.
El hecho de las salidas y cambios en el patrón de
alimentación, sin duda, pueden ser factores que llevan a muchos a echar unas
libras de más, pero lo que sí está establecido que contribuye al aumento de
peso es el elemento hormonal.
La profesora de la Universidad del Turabo explicó que los humanos
producimos unas hormonas llamadas catecolaminas, cuyos niveles se reducen
gradualmente cuando se deja de hacer ejercicios.
Esta disminución hormonal, a su vez, provoca una merma en
los niveles de satisfacción que termina siendo compensada con el consumo de
comida. “Cuando la gente no hace ejercicio, que sucede cuando te casas, los
niveles de la hormona bajan, los niveles de satisfacción son menores y la
persona siente la necesidad de placer y lo hace comiendo”, detalló.
No hay comentarios:
Publicar un comentario