
La singular vivienda, de apenas 20 metros cuadrados, se encuentra en un hostal de la ciudad de Shenyang, en el noreste chino, y desde hace unos días circulan imágenes de ella en las redes sociales chinas (tinyurl.com/7hafjwe) que son muy visitadas.
Zeng, quien dice sentirse satisfecho con su actual morada, ha dispuesto su cama sobre una letrina (tapada con tablas), y la televisión descansa en una mesa cuyos apoyos son dos urinarios.
"Mi vida es mejor ahora que antes, cuando tenía que apañármelas como fuera", comentó el inmigrante a la agencia Xinhua, recordando que cuando llegó a Shenyang desde su pueblo, hace 13 años, sólo tenía unos 50 yuanes (siete dólares, cinco euros) en el bolsillo.
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